El pasado 26 de noviembre llevamos a cabo el primer recorrido (OTOÑO) por el noroeste de la ciudad. Con un viento frío y una lluvia intermitente, a las 11:00 salimos desde la Fuente Murrieta.
PALAZZINAS
La primera parada del recorrido se realizó en el Parque Miguel Hernández, donde Julián Torres nos comentó la transformación urbanística de los antiguos cuarteles de artillería mediante el Plan Especial redactado por Rafael Moneo y que alberga diferentes tipologías de vivienda, entre las que se encuentran las Palazzinas que dan el nombre popular a este singular fragmento urbano.
EL CUBO
En la segunda parada del recorrido, en el Mirador ubicado en la confluencia de las calles Carmen Medrano y General Urrutia, Alvaro Foncea nos comentó las principales características urbanas del barrio “El Cubo”, cuyo planeamiento urbanístico se aprueba en 1995.
Se trata de una ordenación de cierre de la trama urbana al noroeste de la ciudad, con un uso residencial colectivo, delimitado por dos elementos estructurantes (río Ebro y trazado ferroviario) y la ciudad existente hasta el momento. Una de sus virtudes es que la trama propuesta logra una conexión eficaz con la ciudad existente, estableciendo una especie de simbiosis con aquella: el nuevo barrio aporta zonas verdes (parque del Cubo) y utiliza las dotaciones de la ciudad existente (educativas como Vicente Ochoa o Escultor Daniel, o sanitarias como Centro de Salud de Gonzalo de Berceo).
Presenta una densidad media de unas 60 viv/Ha que permite una suficiente mezcla de usos (al menos en la zona más céntrica del mismo). Por el contrario los bloques de vivienda más alejados carecen de comercio de proximidad, y las calles secundarias han quedado casi como espacios residuales dedicados mayoritariamente al aparcamiento de automóviles.
UNOS APUNTES SOBRE MOVILIDAD
Desde la misma parada del mirador de El Cubo, Julio Romero, del colectivo Logroño en Bici, realizó una interesante aportación:
Desde este punto podemos observar lo interesante que son, desde el punto de vista de la movilidad ciclista, actuaciones urbanísticas que integran con transiciones “blandas” espacios compartidos de uso ciclista y peatonal, como puede verse en la dotación de aparcabicis del mirador o las calles en “plataforma única” de las viviendas en baja densidad colindantes. En toda actuación se debiera tomar en cuenta la accesibilidad para usuarios de vehículos no motorizados (rampas, rasantes, bordillos, rígolas, etc.).
El mirador del Cubo es un excelente punto para observar diferentes tipologías de vías ciclistas implementadas en distintos períodos. Aunque están disponibles diferentes técnicas para dar respuesta a cada situación, no siempre las soluciones empleadas resultan las más acertadas. Desde este punto podemos observar:
- La “senda ciclable” del Parque del Ebro (señales verdes rectangulares), que habilita recorridos eminentemente de ocio por zonas verdes, pero que no integran a la bici en la ciudad, sino que tienden a expulsarla.
- Vías segregadas, mayormente aceras-bici construidas contra el espacio peatonal para no restar ninguno al coche, con graves carencias de continuidad y lamentable estado de conservación. Pasos ciclistas de señalización cuestionable y deteriorada. Radios de giro imposibles.
- Vías compartidas con señalización blanda (tachuelas de goma), más interesantes y educativas en el respeto mutuo entre usuarios. GR-99 Camino Natural del Ebro. Sin continuidad sobre la pasarela lateral peatonal del nuevo puente de Sagasta. Al otro lado del Ebro, discontinuidad y segregación innecesaria. La pasarela del Parque del Ebro, sin embargo, constituye un excelente recurso ciclopeatonal para facilitar la conexión segura y directa de los barrios de San Antonio y el Campillo con el centro urbano. Aunque no hace tantos años desde que dejara de prohibirse atravesarla en bicicleta…
Urbanismo y movilidad van siempre unidos, pero podemos observar la escasa consideración con que se trata en la actualidad en el ecosistema urbano de Logroño a los medios más vulnerables y no motorizados. Pese a un discreto impulso inicial hace unos años por fomentarlos y recuperarlos (peatonalizaciones, itinerarios ciclistas, calles en plataforma única…), las planificaciones erráticas (acera-bici) y el posterior incumplimiento de los programas de movilidad peatonal y ciclista en los grandes planes de ciudad (Plan Estratégico 2020, PICL, PMUS, PAES…) se traducen en la falta de desarrollo de una red eficaz de vías ciclistas e itinerarios peatonales, y en el práctico abandono de las existentes. Por más que los modos no motorizados resulten las soluciones de movilidad más eficientes y sostenibles y permitan generar un espacio urbano tranquilo y más seguro. Por más que el futuro de la ciudad viva camine ya hacia ellos, pues son los que contribuyen al derecho a una ciudad más amable y habitable.
Otro modelo de ciudad, y por tanto de movilidad y urbanismo, es posible (y deseable) en Logroño.
EL CAMPILLO
Para nuestra tercera parada nos refugiamos del frío viento detrás de uno de los primeros edificios residenciales de El Campillo, entre las calles Vicente Ochoa y San Ignacio de Loyola. Desde ahí, Borja López comentó tres aspectos de esta parte de la ciudad:
El Campillo, el salto planificado de la ciudad hacia el norte del Ebro, sirvió de excusa para hablar de los inconvenientes que han de afrontar los primeros vecinos de aquellos barrios nuevos que están separados del resto de la ciudad por alguna barrera física, en este caso el río. La baja densidad prevista (40 viviendas por hectárea) que, además, no se ha alcanzado aún, limita también las posibilidades de que florezca la vida urbana en sus amplias calles.
Los complejos deportivos de Adarraga y Las Norias nos permitieron tratar el tema de si son preferibles grandes equipamientos al servicio de toda la ciudad o sería mejor disponer pequeños equipamientos deportivos insertados en los barrios. La elección no es fácil, pues existen ventajas y desventajas en los dos casos: grandes equipamientos como las Norias son más eficientes en cuanto al mantenimiento y posibilitan mejores instalaciones por su escala, siendo además, un lugar de encuentro de toda la ciudad; por el contrario, generan una movilidad obligada desde todos los puntos de la ciudad.
Por último, se habló de la fallida Ecociudad Motecorvo, ejemplo de operación inmobiliaria disfrazada de sostenible para poder edificar en un monte protegido. Además, el único argumento “ecológico” de su diseño era la autosuficiencia energética de los edificios, mientras crea múltiples problemas: movilidad forzada, aislamiento del resto de la ciudad, homogeneidad demográfica y social, impacto paisajístico, etc.
SAN ANTONIO
En la cuarta y última parada del recorrido, Pedro Soto nos comentó ciertos aspectos relacionados con el actual Barrio de San Antonio.
La elección de la localización se corresponde dentro del recorrido a diversos enfoques:
En primer lugar poner en valor el acceso norte tradicional a la ciudad (El Camino de Santiago, las carreteras de Laguardia y Oyón…) tan difuminado en la actualidad por el propio crecimiento de Logroño hacia el sur, y ensombrecido, además, por la predominancia del eje viario oeste-este (Burgos-Zaragoza) paralelo al río Ebro. La importancia igualmente de esos accesos, de ese conjunto de vías tradicionales, dentro de la estructura viaria de la Rioja-Alavesa (muchas veces parece como si la ciudad solo se relacionara viariamente hacia la margen derecha del río, cuando la estructura orgánica del territorio denota claramente una espectro de influencia más “radio concéntrico”):
Asimismo, ese acceso norte, acceso a través de los puentes, y que pese a esa condición secundaria, es el que ofrece para el imaginario colectivo la fachada urbana que más se reconoce de la ciudad; la que la presenta más allá del Río.
En segundo lugar, en consecuencia, el Río; el Río con sus dualidades: germen inicial de la población (agua, huertas…); cloaca y desagüe de la ciudad, y barrera que determina la expansión predominante hacia el sur (hechos que en conjunto hicieron que se reservara la margen izquierda para albergar los grandes equipamientos decimonónicos que habían de alejarse del casco urbano (Cementerio “1832”, Matadero “1910”); y en la actualidad, potencialidad a tener en cuenta en el futuro desarrollo de la ciudad (Zonas libres públicas de entidad, equipamientos deportivos significativos, nuevos crecimientos residenciales…).
Es representativo significar a estos efectos tanto el carácter simbólico del Cementerio a este lado del Río, “la ciudad de los muertos” frente a “la ciudad de los vivos”, el cruce del Río en el último viaje (El Aqueronte, la laguna Estigia…), el barquero (los puentes)…, como la sucesión de pequeños desarrollos urbanos hacia el norte, cara a la conquista de esta margen del Río por la ciudad.
Inicialmente los crecimientos residenciales lineales vinculados a las carreteras de Oyón y Laguardia; entorno de esta, además, con un importante foco industrial, alentado a mayores por Bodegas Franco Españolas, y su grupo de viviendas de carácter racional y mínimo homónimo (Apraiz y Guinea). Después la colonización con los usos industriales (Polígonos de Cantabria) y con la sucesión de usos equipamentales deportivos: “La Playa”, la Hípica, el Adarraga, y finalmente “Las Norias”. Por último el salto residencial, tímidamente en “Ciudad Santiago” y hoy por hoy, con carácter expansivo en “El Campillo”.
Por último, y a colación del grupo de Viviendas Franco-Españolas referido, significar el valor de esos grupos de viviendas sociales de la segunda mitad del Siglo XX, pasado; lógicamente con las limitaciones de ser una respuesta concreta a situación concreta (necesidad alojamiento inmigración obrera del campo a la ciudad) en este caso ligada también a la marginalidad.
Soluciones que beben directamente del Movimiento moderno, los estándares, el estudio de las necesidades mínimas: La Arquitectura al servicio de la función, la eterna diatriba ¿Forma o Función?; en las Unidades de Habitación y/o los poblados de la época, con ejemplos magníficos en todo el conjunto del país (Vegaviana “Fernández del Amo”, el Barrio de las Flores “Corrales y Molezún”…, de forma muy modesta representados igualmente en la Ciudad de Logroño (Casa Baratas, plaza del Coso, San José y Ballesteros…).

Ejemplos claros de arquitectura de mínimos con resultados perdurables y adaptables a lo largo del tiempo, modelos de ciudad alternativos; en conclusión:
hacer una llamada al gusto por pensar las cosas, entender las necesidades sociales, economicas, la propiedad del suelo, en definitiva hacer ciudad, con modelos típicos, nuevos o reaprendidos, pero hacer ciudad, retomando el gusto por lo sencillo.
FINAL DEL RECORRIDO
Desde esta última parada, volvemos al centro histórico de Logroño, recorriendo una ruta más amable para el grupo ciclista por los paseos de ribera del Ebro, atravesando la pasarela del Ebro.
A las 13:07, con una sensación térmica de 3,5 grados y sin ningún incidente en su desarrollo, cerramos esta ruta circular en la Plaza del Mercado, desde donde partirá a finales de febrero de 2017 el siguiente recorrido de esta edición de Biciudad01 (INVIERNO).
Allí os esperamos.
NOTA: Desde la Agrupación queremos agradecer al arquitecto Julián Torres su participación, así como a Rubén Carbonero de Mejor en Bici y a Diego Martínez, arquitecto, por su aportación al reportaje fotográfico. También a toda la gente de Logroño en Bici, especialmente a Laura y a Julio, que facilitaron que la jornada transcurriera sin incidencias.
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